Expansión, J.De Las Casas
El sector inmobiliario afronta algunos desafíos a causa de la nueva Ley de Vivienda como los tipos de interés, el aumento en los costes de construcción y la escasez de suelo.
Tras un 2022 histórico, se observa un ajuste en el último trimestre debido a la guerra de Ucrania, la subida de tipos y la inflación, afectando la financiación y la seguridad jurídica. Las tendencias para 2023 indican estabilidad en transacciones y precios, pero la escasez de oferta es el principal problema, requiriendo colaboración público-privada.
En la obra nueva y alquiler, la nueva Ley de Vivienda complica la situación, aumentando la prudencia de los fondos y destacando la necesidad de alinear visiones y desarrollar viviendas necesarias a través de la colaboración.
La escasez de suelo genera incertidumbre en proyectos para primera residencia, mientras que la industria busca soluciones a través de modelos flexibles y colaboración para atraer capital y superar los cuellos de botella en la industria.